Sed

Escritos callados, resultados encontrados. Perdidos, separados. Márgenes. El pasado, enmascarado se encuentra el olvido y todo lo que dijo, lo que hizo, lo que no digo es lo que escribo. Caminando por Ñuñoa me doy cuen-ta, que gente aún no despierta, y aquí está.
Ni lírica ni narrativa, textos inclasificables sin sentido, amargo es el sabor que me dejan los escritos sobre amor, te toca o no te toca, es la cuestión. Ni mejor ni peor, sólo distinto.
Por ins-tinto, mi tinta crea frases, sin ases bajo la manga, ni disfraces.  Los textos, te alejan de posibles parejas, de oportunidades,
la literatura es un arma de doble filo, que te ayuda, pero te desangra, te relega, te aleja. La poesía es compleja, deja perpleja a gente que no tiene idea,
no me creo, no me siento nada, ni el peor, ni el mejor, solo intento serlo, no basta con parecerlo.
Hay que hacerlo, no merecerlo ni quererlo.
Me he alejado, de lo que consideran humano, apartado; de la rutina,del cotidiano, sin finalizar las frases, las oraciones. Caminando por la calle, haciendo que mis manos de ganas de escribir estallen,
no puedo parar, me deja mal el pensar, así que,
no lo hago, solo causo estragos, en la hoja, en mis cuadernos donde letras se amontonan, no lo pienso. Lo siento, las comas se ponen solas. No respetando gramática,
ni leyes ortográficas, solo al servicio de mi, y lo que quiero decir.

Algo así

y el roce de nuestros cuerpos
en una conexión,
eléctricos espasmos,
Ebullición del placer
Estimulando, el amor
a disposición de la carne,
la piel, la saliva tuya.
Las ganas, las sensaciones
siguiendo los pasos, caminando en un círculo
infinito.

El tacto elevado, los músculos a su capacidad total
la respiración entre-cortada.
El sudor, la mística unión, de los cuerpos al servicio.
Tu con lo mío, yo con lo tuyo,
nuestra anatomía se hace confusa,
difusa la separación de los cuerpos.
El encaje perfecto, los suspiros,
la exclamaciones, pasando,
avanzado, sin poder volver atrás.
Intensos patrones rítmicos,
estructuras danzantes sobre otras,
rebosantes de movilidad.

El final, el principio.
El lleno que pasa al vació,
las contracciones corporales,
los gritos, las palabras, las marcas.
El último y definitivo placer, los ojos
cerrados, nuestro cuerpo, relajado.