sábado, 14 de mayo de 2016

SUR-CANDO

Montañas que se reflejan; estiran y respiran.
Calles vacías donde sólo hay viento,
Lugares dejados con un manto de polvo.
Murmullos que se escuchan entre los bosques.
Carreteras fantasmas, kilómetros y kilómetros,
un cruce con vacas, con cabras.

Barcazas de gente veinte y veinte,
veinte allá, veinte acá.
Residenciales de dos, y ningún huésped.
Pueblos que se duermen después de almorzar,
aire limpio, aire sólo aire.
Lagos interminables, inexorables, imposibles.
La punta inferior del mundo,
un rinconsito donde estar,
un buen lugar para perderse.