martes, 26 de septiembre de 2017

JUEGOS DE AZAR

Mueve tus antenas hacia el cielo
reza por que la longitud de onda sea la adecuada,
mejor, reza para que las pantallas no exploten.
O, piensa un poco en todos los demás;
en los que no ascendieron nunca, en los que
hacen de esto una catástrofe.
Lo siento, mejor olvídalos
o los gritos no te dejarán dormir

Observa a tu alrededor,
¿es que falta gente aquí?
Cada vez somos menos,
pero tu cada vez quieres más, ¿o no?
-ya no hay oro, loco-
¿Es cierto eso?
¿es real que todo se desmorona
mientras escribo?
Los adoquines, o las baldosas,
caen a medida que;
los, o las, pisan.

Ahora siento que se ahogan.
La medida del verso es la rima.
La técnica es una empresa perdida.
Si quieren competir, se van a pérdida.
-Hay momentos para leer poesía y para boxear-
Ahora es momento de ambas,
de armas tomar.
Autodenomínense como quieran;
yo soy poeta y, no sigo, dicto pautas
Dibujo versos al reverso de las boletas,
o esculpo una elegía a mi ego como jugarreta.

No creen en nada, yo creo en todo:
en la posibilidad de que el fuego
devuelva las cosas a su real modo,
en (la) poesía sobre cualquier persona
en pociones, elixires y
catarsis a partir de nada,
en mis mil álter egos, como de Pessoa.

Aviéntame al viento y aguántame cinco minutos más
-esque no quiero dejar pasar esto-
la posibilidad de arrancar las páginas del diccionario,
de sacar de cuajo las ideas que me implantaron:
Sé amable, que nada te moleste.
Sé bueno, a pesar de que todos sean malos.
No te quejes.

Cualquier cosa, que sea cualquier cosa,
lo que me despeje.
Prometo de mis plantas hacer esquejes.
Por supuesto, espero una señal del tiempo,
o una orden del viento.

Todos mis textos son imperativos.

EL MOMENTO ES UNA IDEA


Tengo ganas de hablarte
-pero te escribo-.
Quiero conversar contigo
-pero converso solo-

Solamente una última vez
perderse en la sábanas y,
nada.

Ahora ya no hay nada
-pero me engaño-.

lunes, 1 de mayo de 2017

Una habitación en ninguna parte que se parte en mil pedazos, mil trozos que se quiebran como los lazos. Flotando a la deriva en una oscuridad inagotable, se repite una y otra vez en el infinito, el mismo final y el mismo principio.

Nómada en el espacio, o en el vacío, a la deriva en un mar negro, un espacio sin bordes ni límites, por lo tanto sin forma.

Enseguida la luz, el claro, la fuente. Rocas, soles, viento, puentes.