jueves, 11 de julio de 2013

DIVERGENCIA

Ocupemos la cabeza y salgamos de este claustro.

¿Dejémonos de cosas y destruyamos este infierno tóxico?

Es lógico pensar en el  "¿qué hubiera pasado sí?", pero es estúpido dar vueltas en eventualidades que no ocurrieron, y que obviamente no ocurrirán.

Los recuerdos se vuelven grises con el tiempo y bueno, nosotros también... no podemos aspirar a más que a volvernos ceniza. La briza nos recuerda que estamos vivos, nuestras raíces quedaron sepultadas bajo concreto sólido, nuestros sueños desaparecieron en los altos edificios de la ciudad.

La esperanza se acabó, la racionalidad ganó y la emocionalidad quedó desechada, relegada al mas ínfimo rincón obscuro de nuestras vidas, a ese que casi nadie entra.

Divago en la hoja de cuaderno escribiendo esto, me siento extraño en un mundo que quizás ni entiendo.

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