lunes, 1 de mayo de 2017

Una habitación en ninguna parte que se parte en mil pedazos, mil trozos que se quiebran como los lazos. Flotando a la deriva en una oscuridad inagotable, se repite una y otra vez en el infinito, el mismo final y el mismo principio.

Nómada en el espacio, o en el vacío, a la deriva en un mar negro, un espacio sin bordes ni límites, por lo tanto sin forma.

Enseguida la luz, el claro, la fuente. Rocas, soles, viento, puentes.

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