domingo, 4 de agosto de 2013

FICCIÓN

Te veo en un día soleado,
El pelo en los hombros
La mirada en el suelo
Sonrisa de oreja a oreja.
Te veo en providencia
Repasando las tiendas
Cejas arqueadas y espalda encorvada
Veo los ojos canela abiertos hasta no poder más
El sudor en tu frente,
La risa en tus dientes.

Miro tus zapatos verde claro,
Me deleito con el reflejo del sol en tus pupilas.
Observo el paso marchante sobre la acera
¡Alto! , siento tu espera.
Agasajas mi vista con tus caderas.
El burdo acto del caminar en ti
Es una divinidad.

Demuestras sensualidad en cada movimiento,
Desprendes besos y cuentos.
Me evocas poemas de los malditos,
Me pareces un cadáver exquisito.
Eres mi dulcinea de las calles,
Eres en mí el túnel
Solitario y oscuro de Sabato. 

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