miércoles, 16 de julio de 2014

PARTES PERDIDAS.

Se miró las manos; sus manos cansadas, llenas de grietas y con múltiples cicatrices. Pasó a ver sus dedos, analizándolos uno por uno; todos eran más o menos normales, quizás algunos un poco chuecos, pero nada fuera de lo común, excepto el anular de la mano izquierda. Ese dedo no estaba completo, se acababa un poco por debajo de lo que debería ser la mitad.

No recordaba que le había pasado, un día se despertó sin esa parte del dedo, ni siquiera había sangre en la cama. Su dedo (o lo que quedaba de el) no parecía haber sido cortado, era como si la parte faltante simplemente nunca hubiera existido. No había ninguna cicatriz, o corte, o rastro de sangre o algo. Simplemente desapareció. 

Igual que como un día desaparecieron todos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario